La aceleración de la transformación digital tiene una contracara para el área de IT: el exceso de demanda. Muchas veces los responsables de IT de las empresas se sienten abrumados y no pueden responder en tiempo y forma. Y suena lógico en la medida en que la innovación, la adopción de tecnologías emergentes y el avance de proyectos de digitalización avanzan a gran velocidad.
Por esto, uno de los grandes desafíos del sector consiste en desplegar estrategias y generar una cultura de cambio respecto de cómo se hacen las cosas. Así, se evita que sea la propia área de IT el cuello de botella que impida el crecimiento del negocio.
Por lo pronto, hay que abrazar nuevos paradigmas. Las áreas de IT ya no pueden ser entes cerrados y aislados en los que entra un requerimiento y de los que sale una solución. Hoy debe estar integrada en la toma de decisiones del negocio, jugar un rol clave en la mesa del board y mantener una política de puertas abiertas.
La palabra clave es “gobernanza”
Hoy el rol principal del área de IT no debería enfocarse en cuestiones técnicas ni de implementación, sino en lo que se denomina gobernanza. El conjunto de acciones que permite alinear las inversiones en tecnología con la estrategia del negocio.
En lugar de acaparar los proyectos digitales, el área de IT puede delegar en las otras áreas -que, incluso, como conocen más a fondo sus actividades cotidianas, podrán obtener productos más acordes con lo que buscan-. Y luego controlar los plazos de ejecución, el éxito de la implementación y el valor real que cada uno aporta para el negocio.
Un dato detectado internamente por Practia es que, en estos momentos, el 62% de los pedidos de los clientes provienen de áreas de negocios diferentes de IT.
Otro punto es el de la gestión adecuada de los proyectos para evitar gastos innecesarios, inversiones en tecnologías porque “están de moda” o herramientas y soluciones que no estén alineadas con el propósito del negocio. Practia detectó otro patrón interesante en este punto: el 70% de los clientes afirma tener algún tipo de licencia que no utiliza.
Todos pueden desarrollar
Una tendencia que se visualizan cada vez con más frecuencia para descomprimir las áreas de IT -aún cuando queda bajo su gobernanza- es el despliegue del concepto de citizen developer. Esto implica el uso de herramientas de low code y no code, que permiten desarrollar aplicaciones y desplegar automatizaciones sin conocimientos de programación, para crear dentro de la organización verdaderas digital factories.
En el plano ideal, cada equipo de la organización podrá construir las herramientas que necesite para desarrollar su tarea, sin necesidad de generar un pedido específico para el área de IT. En la práctica, se trata de un camino que recién empieza a recorrerse y que está adquiriendo madurez poco a poco.
La transformación digital avanza a toda velocidad. Y sería al menos irónico que justo el área de IT fuera a detenerla.
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