El último dato de la consultora BCG al respecto es de fines de 2020 pero muestra una notable actualidad: apenas el 30% de los proyectos de transformación digital alcanza plenamente sus objetivos. ¿Qué ocurre en el medio? ¿Cuáles son los errores que atentan contra el éxito en la incorporación de nuevas tecnologías?

Uno de los más importantes es, sin dudas, la falta de compromiso y de sponsorship de la alta dirección. La incorporación de nuevas tecnologías en general debe estar plenamente alineada con los objetivos estratégicos del negocio.

Por lo tanto, el involucramiento de los directivos de mayor rango es fundamental para generar un efecto “derrame” y estimular el compromiso del c-level, primero, y del resto de la organización después. Importante: el apoyo de la alta dirección debe darse a lo largo de todo el proyecto, no solo en la etapa de definiciones o de captura de requerimientos.

Los qué, los por qué, los cómo

El segundo punto, ligado íntimamente con el anterior, nos habla de la falta de una estrategia con objetivos de transformación claros. En realidad, la empresa debe saber qué implementa, por qué y cómo. Respecto de este último punto, una falla común es subestimar el talento que se necesitará para llevar adelante el proceso de transformación.

No solo eso: cualquier conceptualización de ahorro mal entendido atenta contra el proyecto. Desde buscar la solución más barata, reducir el equipo de desarrollo o de implementación para abaratar costos, eliminar pasos de prueba o de aseguramiento de calidad, hasta acelerar los tiempos para atender un sentido de urgencia que tal vez no se condice con la realidad…

Del mismo modo, no se puede pensar en el corto plazo. Hay que tener visión de futuro, elegir arquitecturas flexibles, tecnologías modulares y abiertas y todo tipo de implementos que no resulten en un obstáculo cuando sea necesario realizar actualizaciones o modernizaciones.

En contraposición, para evitar errores en la incorporación de nuevas tecnologías, no es una buena idea elegir solo porque está de moda, el mejor consejo es el de atenerse siempre a la estrategia y recién después elegir las tecnologías que puedan aportar mayor valor al negocio.

De la comunicación al verdadero cambio

En simultáneo, es importante desplegar una fuerte base comunicacional para que todas las personas impactadas por el proyecto entiendan cuál será su rol en el futuro de la organización cómo se modificará su día a día.

Independientemente de que la comunicación en su forma más básica esté bien hecha, una buena gestión del cambio sigue siendo clave: disminuye las resistencias, mejora los niveles de adopción e incrementa la colaboración por parte de los empleados, todos factores que en definitiva impulsan el éxito.

Una vez que el proyecto está en marcha, no se puede dejar nada librado al azar. Hay que llevar adelante un monitoreo del progreso, con métricas claras y transparentes, y evaluar si existen desvíos en el camino hacia los resultados esperados.

Con disciplina, el acompañamiento de un socio tecnológico adecuado y considerando estas mejores prácticas, es posible: tu organización puede estar dentro del selecto 30% que tiene éxito en sus iniciativas digitales.

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