La propuesta de la tecnología de comunicaciones 5G es revolucionaria desde su definición: un ancho de banda tan importante, una latencia tan baja y una seguridad integrada tan fiable que es posible correr prácticamente cualquier aplicación, en cualquier dispositivo, en cualquier lugar, sin cortes ni interrupciones.
Desde bajar películas completas en segundos desde un teléfono móvil hasta jugar juegos 3D en líneas en plena calle, todo es posible. En este contexto, surge la gran pregunta: ¿De qué manera pueden las organizaciones de todas las industrias capitalizar ese enorme poder? Las oportunidades son enormes.
Pensemos por ejemplo en una empresa minera, petrolera, agrícola o de cualquier otra industria que tenga instalaciones distribuidas, remotas o de difícil acceso. Con 5G pueden utilizar vehículos autónomos como transporte con la absoluta tranquilidad de que podrán llegar desde el punto de origen hasta el de destino sin fallos porque la señal es mala o porque hubo interferencias. Lo mismo ocurre para compañías de logística y transporte.
Operaciones (de verdad) remotas
Eso es sólo el principio: con los mismos niveles de seguridad y confiabilidad se podrá operar de manera remota cualquier maquinaria o instalación, con todo lo que ello implica en términos no sólo de eficiencia y productividad, sino también de seguridad para los empleados, que no deberán lidiar con equipos peligrosos.
En la misma línea, las empresas de salud podrán organizar cirugías a distancia con asistentes robóticos sin ningún riesgo y las entidades educativas, visitas virtuales a prácticamente cualquier rincón del mundo. Un estudiante de arqueología en Buenos Aires puede recorrer en vivo las pirámides de Egipto.
Los gemelos digitales (esas representaciones virtuales de la realidad que pueden representar desde un proceso hasta una empresa entera y que sirven para experimentar e innovar sin riesgos antes de volcar los cambios en las instalaciones reales) podrían actualizarse en tiempo real ante cambios en el modelo “verdadero”.
Experiencias únicas
La experiencia de los clientes también podría cambiar para siempre: se les podría brindar contenido relevante, personalizado y de altísimo impacto con la tranquilidad de que no habrá delays inesperados.
Lo mismo tiende a ocurrir con las herramientas de colaboración y con los potenciales avances que surjan alrededor del metaverso: las reuniones a distancia irán ganando realismo en la medida en que los avatares puedan participar de manera continua, sin ningún tipo de alteración o de corte.
En cualquier caso, se trata de una enorme oportunidad para los pioneros que quieran comenzar a indagar qué puede hacer 5G por sus empresas: hasta el momento, apenas el 2% de las conexiones en Latinoamérica utilizan esta tecnología, según datos de GSMA. Pero eso no durará mucho: en 2030, la cifra crecerá a 57%.
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