Desde que Netflix se consolidó como el cisne negro del mundo de la televisión, el streaming está redefiniendo la manera en que las personas interactúan con las pantallas a la hora de consumir entretenimiento y están definiendo el futuro.

La televisión tal como la conocíamos continúa manteniendo audiencias elevadas a nivel global, aunque las propuestas bajo demanda les fagocitan parte de su market share año a año. La consultora Nielsen calcula que a nivel global el alcance de la TV tradicional cae de 2% a 3% anual.

Es que la oferta se fragmenta, innova, crece. En poco tiempo, los usuarios presenciaron el lanzamiento con bombos y platillos de Disney+ y la renovación de la propuesta de streaming de HBO bajo el paraguas de HBO Max, por citar apenas algunos movimientos.

Por eso, no sorprenden datos como los de la propia Nielsen, que indican que en Estados Unidos este modelo de entretenimiento ya representa el 27% del tiempo total que los espectadores están frente al televisor. Los números no difieren significativamente de lo que ocurre en otros puntos del mundo.

Un negocio dinámico y entretenido

El negocio crece y se transforma. No se trata solo de tener un catálogo atractivo, sino de generar nuevos modelos de monetización. Desde bibliotecas de contenidos premium bajo demanda hasta la inserción dinámica de anuncios de acuerdo al perfil de cada usuario. O incluso notificaciones con promociones personalizadas de acuerdo al tipo de material que se visualiza.

La convergencia es la norma. Los distribuidores de programación de video multicanal (MVPD), un segmento en el que conviven telcos y compañías de televisión tradicionales, ganan terreno. Lo hacen con sus propuestas de contenidos personalizados -y flexibles, con alcance incluso a los dispositivos móviles- sin necesidad de una suscripción mensual fija.

Estos servicios, junto con el video bajo demanda, acumularon a junio de 2021 el 36% del total de minutos transmitidos en Estados Unidos.

Tecnologías para verte mejor

Detrás de todos estos cambios, que tendieron a acelerarse desde la pandemia, aparece el poder de las nuevas tecnologías.

  • Big data, herramientas analíticas e inteligencia artificial para conocer las preferencias de los usuarios y personalizar la oferta.
  •  Automatización para ganar eficiencias tanto en la operación como en la prestación de servicios.
  •  Hiperconectividad para aprovechar los beneficios de las tecnologías disruptivas y acompañar el camino hacia esa convergencia.
  •  Agilidad para sortear los obstáculos regulatorios, complejos, dinámicos y cambiantes de país en país y para adaptarse rápidamente a un consumidor exigente e informado para proponerle las mejores experiencias posibles.

En todos los casos, se trata de un proceso de transformación continua que requiere de la presencia de un aliado tecnológico con experiencia en la industria, conocimiento de las herramientas específicas para el sector y el dinamismo que un segmento tan vertiginoso exige.

La innovación y las nuevas tecnologías son las claves para capitalizar el enorme caudal de oportunidades que se presentan en el mundo del entretenimiento. Un negocio que, como no podía ser de otra manera, se ve cada vez mejor.

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