En un mundo dirigido por los datos, la capacidad de extraer valor a partir de ellos debería ser una prioridad para todas las empresas que apuesten a ser más competitivas. Independientemente de su tamaño o industria en la que operen. Ese es el objetivo de la analítica moderna.

Un estudio reciente del MIT detectó que los «máster digitales”, es decir, las empresas que logran fusionar capacidades digitales con una estrategia sólida y que se adaptan a la nueva realidad de manera ágil, son las que tienen mayores posibilidades de innovar, de generar proyectos disruptivos en sus mercados y de obtener mayor rentabilidad y mejor posicionamiento.

Por el contrario, las organizaciones que no logren ese nivel de resiliencia, aún cuando lideren o hayan liderado en un modelo tradicional, serán castigadas por sus competidoras con mayor capacidad para crear valor. Desde el punto de vista tecnológico, el liderazgo digital lo habilitan tres conceptos clave: los datos, la nube y la inteligencia artificial.

De analítica tradicional a analítica moderna

La transición de la analítica tradicional a una analítica moderna consiste en dejar de observar únicamente lo que ya ocurrió y entender por qué pasó. Sino, especialmente, avanzar sobre análisis predictivos para saber qué va a ocurrir. Y hasta prescriptivos, para desarrollar escenarios para que determinadas situaciones ocurran o no.

El capital humano forma un eslabón clave en esta transición hacia la analítica moderna. Es fundamental que las empresas logren desarrollar el modelo de citizen data science, por el cual cualquier integrante de la organización pueda obtener valor de los datos.

Hoy los procesos lo permiten y la tecnología está disponible. Solo consiste en destrabar la cultura organizacional para que cada persona pueda capturar, almacenar y procesar los datos para lograr insights, correlaciones y pronósticos.

Casos de uso para todas las industrias

Pero el potencial es aún mayor: es posible fusionar información en escenarios de automatización en los que las personas no intervengan. Por ejemplo, un banco que detecta una cierta perspectiva de crédito en un cliente le puede ofrecer un préstamo o una inversión directamente a su teléfono móvil, sin que medie ninguna persona en todo este proceso.

Los casos de uso de analítica moderna se multiplican a lo largo de todas las industrias. Seguimiento en tiempo real de líneas de producción en manufactura, almacenes inteligentes en retail, gestión de créditos en finanzas, manejo maximizado de cultivos en el agro, ciudades inteligentes en sector público. Cualquier lista que pretenda armarse quedará necesariamente incompleta.

Lo más importante: este cambio cultural y tecnológico hacia la analítica moderna no se produce de la noche a la mañana. Sin embargo, las empresas que demoren la decisión de dar el salto quedarán irremediablemente rezagadas ante aquellas que ya se subieron al tren de los datos para dirigirse al futuro a toda velocidad.

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