Los desafíos macroeconómicos ponen más tensión que nunca sobre los CFOs: una economía que se desacelera, una inflación que sigue presionando, tasas de interés que se ubican por las nubes, la necesidad de mantener los costos bajo control y, por si todo eso fuera poco, liderar las inversiones que permitan al negocio seguir creciendo.
Para los CFO la oportunidad es inédita: pueden reforzar su rol estratégico dentro de la organización ya que las decisiones que tomen este año repercutirán en el posicionamiento competitivo de las empresas de cara al futuro.
En este contexto, las nuevas tecnologías se presentan como aliadas clave para el área de finanzas: Gartner detectó que el 98% de los directores financieros está dispuesto a proteger las inversiones digitales aún en tiempos de recorte y no solo eso: 66% incluso planea incrementar el gasto en la categoría.
Con un rápido retorno
¿Las razones? Que esas inversiones tienen un repago rápido. La automatización, por ejemplo (considerada como la principal tecnología a tener en cuenta por el 33% de los CFO, también según Gartner) resulta clave para ganar eficiencias y reducir costos.
La analítica aplicada a la optimización de precios, por su parte, parece ser fundamental para navegar estos tiempos inflacionarios sin dañar los márgenes de ganancia. La inteligencia artificial se consolida como una aliada clave para predecir escenarios aún en contextos tan vertiginosos y cambiantes.
La lista es interminable: blockchain para incorporar trazabilidad y transparencia en los contratos, herramientas de gestión de gastos para evitar fraudes internos, soluciones de gestión de proveedores para optimizar las operaciones de compra…
Un nuevo mindset
Sin embargo, para que suceda una verdadera transformación digital del área financiera, es necesario un cambio de paradigma en la forma de trabajar de los CFO, consistente en definir una hora de ruta tecnológica.
No se trata únicamente de implementar herramientas individuales o al azar, sino de diseñar una verdadera estrategia digital que, al mismo tiempo, esté alineada con la estrategia de negocios. Para eso, el CFO debe apelar al trabajo colaborativo con las áreas de tecnología de la organización.
El vínculo con el CIO le garantiza acceso a los socios tecnológicos de máxima calidad con los que la organización ya esté trabajando, además de una visión clara sobre la dirección que la transformación digital esté tomando en la empresa. El CTO le puede dar un rápido panorama de la viabilidad de los proyectos que esté gestando el área financiera. El CISO, por su parte, puede prevenir la apertura de nuevas vulnerabilidades vinculadas a la incorporación de tecnologías en el sector de finanzas.
Para el CFO, las preocupaciones van mucho más allá de los cierres financieros: con una buena ruta tecnológica y con las alianzas adecuadas dentro de la empresa, puede convertirse en un verdadero agente de cambio para la organización.
¿Qué rol cumple el CFO dentro de la estrategia de transformación digital de tu empresa? Contáctanos haciendo click aquí y conoce más sobre nosotros en nuestras redes LinkedIn y Twitter.