Constituye, tal vez, una de las áreas de la organización en que los beneficios de la automatización se ven con mayor claridad: Finanzas.
Es que cuando se digitalizan y automatizan tareas tan repetitivas como propensas a errores, como lo son la gestión de gastos, las cuentas por cobrar o el procesamiento de documentos comerciales, por citar apenas las más comunes, las ventajas salen a la vista de inmediato.
Por lo pronto, se minimizan las tareas manuales y, con ellas, los errores, que pueden ser causa de problemas reputacionales o complejas situaciones judiciales, según la profundidad y el impacto que genere cada fallido.
Reinventar el capital humano
Pero no solo eso: el personal puede reasignarse para tareas de mayor valor agregado, las demoras en los cierre de balances se reducen de manera significativa hasta que esas actividades puedan completarse casi en tiempo real y los niveles de precisión se acercan al absoluto.
Este último punto es muy relevante. Muchas veces, cumplir en tiempo y forma con las obligaciones impositivas, en particular cuando se acercan los vencimientos importantes, no solo recarga a las personas con mucho trabajo, sino que además genera situaciones de estrés notables.
Todo lo anterior explica por qué la tendencia es tan clara: según la consultora de mercado Gartner, a la hora de priorizar cuáles son las tres tecnologías más importantes para ganar eficiencias, en el grupo más elegido aparece la automatización de actividades de back office, con un 33% de las preferencias.
Más allá de la automatización
Esta tecnología evoluciona y gana cada vez más protagonismo. Cada vez más, los CFO apelan a soluciones de automatización inteligente: combinan la automatización tradicional con otras tecnologías como inteligencia artificial, análisis predictivo o deep learning para predecir escenarios o facilitar el cumplimiento normativo.
En un mundo en constante cambio, aparecen nuevas ventajas. Un estudio realizado en 2021 por la consultora Deloitte había determinado que cada día, en el mundo, se realizan 220 revisiones regulatorias por año.
Las áreas financieras suelen ser las más afectadas por estos cambios, ya que suelen ser las que más requisitos de compliance manejan. La automatización inteligente permite reflejar de inmediato cualquier cambio normativo y evitar así los enormes costos vinculados con multas por incumplimiento.
Respecto de la capacidad para anticipar escenarios, la automatización inteligente podría ser una pieza clave para determinar fraudes en etapas tempranas, prever la incobrabilidad de determinadas cuentas o generar perfiles crediticios de los clientes.
El camino es irreversible: la propia Gartner detectó que seis de cada diez CFO considera que las área de Finanzas estarán completamente automatizadas dentro de seis años. En el futuro inmediato, estos sectores serán irremediablemente digitales e inteligentes.
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