Hoy por hoy es imposible negar los beneficios de la agilidad para el desarrollo con menor time-to-market y una mayor adaptabilidad a un entorno de negocios dinámico y vertiginosamente cambiante. 

Por otra parte, existe un consenso empírico respecto de la importancia de un buen proceso de testing para garantizar la máxima calidad de un producto de software. 

¿Qué ocurre cuando sumamos esa agilidad con una adecuada estrategia de pruebas? Los mayores niveles de satisfacción y compromiso por parte de los usuarios y los mejores resultados posibles que el desarrollo digital podría entregar.

Un esquema colaborativo

El agile testing involucra las pruebas en todas las instancias del desarrollo, desde los requerimientos iniciales hasta la salida en vivo e incluso en las instancias posteriores de mantenimiento. Se basa en dos pilares: la retroalimentación conjunta y la producción de calidad.

Se trata de una actividad de naturaleza colaborativa, que involucra e integra a los testers con el resto del equipo de desarrollo y que promueve un ida y vuelta constante. La comunicación, por tanto, juega un rol clave: es imprescindible que los líderes del equipo de desarrollo pueda llevar el mensaje de que el producto final que se entrega es la suma del esfuerzo individual de cada miembro del equipo.

El agile tester se enfocará en identificar los errores cometidos en cualquiera de las fases de desarrollo del producto.

Entre las principales capacidades que se esperan de este rol destacan no solo un conocimiento en tecnología y su precisión para documentar sus tareas, sino fundamentalmente lo que se conoce como “habilidades blandas”: buena comunicación, resolución de problemas, integración con el equipo de trabajo…

Mayor valor para el negocio

La metodología propone ciclos cortos de feedback para evitar grandes desvíos y para propiciar una mejora cualitativa a lo largo del ciclo de vida completo de desarrollo. Las correcciones son inmediatas y se van produciendo en la medida en que se detectan.

Del mismo modo, los expertos en pruebas deben estar comprometidos no solo con hallar bugs o errores funcionales o estéticos, sino también para ver cómo desde su lugar pueden aportar un mayor valor en el negocio. Por esta razón es que resulta necesario que participen activamente de las instancias de discovery y de levantamiento de las historias del usuario.

Los objetivos del agile testing van mucho más allá de la mera prueba del software: también apuntan a que cada usuario perfeccione su trabajo final y hasta que pueda detectar sus fortalezas y debilidades durante el proceso. Para eso, se utilizan enfoques conocidos como “desarrollo guiado por el comportamiento” (BDD, behaviour driven development).

La sinergia se produce cuando el todo es mayor a la suma de las partes. La agilidad en las pruebas de software es un ejemplo más que claro sobre el funcionamiento efectivo de este axioma.

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