Los cambios en los últimos dos años fueron notables y no parecen tener marcha atrás. Por un lado, los consumidores prefieren empresas responsables: un estudio de IBM de 2020 detectó que el 60% de las personas cambiaría sus hábitos de compra para reducir el impacto ambiental. Por otro, los inversores eligen empresas cuidadosas del medio ambiente para colocar su dinero.

Esto hace que las estrategias de sostenibilidad se hayan colocado al tope de la agenda de los altos ejecutivos de todo el mundo. Al mismo tiempo, abre una excelente oportunidad para incorporar tecnología e innovación que permite disminuir el impacto sin repercutir en la rentabilidad de la organización.

Allied Market Research, por su parte, estima que el mercado mundial de tecnología green pasará de los US$10.000 millones en 2020 a US$74.000 millones en 2030.

La nube y su huella medible

¿Qué tendencias vemos en términos de innovación sostenible? En principio, todo lo relacionado con la infraestructura de IT. Desde centros de datos diseñados para una mayor eficiencia energética hasta la selección de proveedores en la nube que tienen cálculos y previsiones respecto de la huella de carbono.

La hiperautomatización y la inteligencia artificial también juegan un rol clave. Éstas minimizan el uso del papel e incrementan la eficiencia de todos los procesos para minimizar la huella de carbono.

Una empresa capaz de estipular rutas óptimas para hacer sus tareas logísticas reduce el consumo de combustible y los traslados de los vehículos.

Una compañía con la habilidad de predecir la demanda de sus productos o de planificar a la perfección su producción genera un consumo responsable de materias primas. Así, evita los desperdicios y mantiene sus máquinas funcionando el tiempo exacto que haga falta.

Sin tóxicos ni accidentes

Los dispositivos de IoT habilitan una gestión proactiva de las maquinarias. Anticipar una falla no solo repercute en el tiempo de parada de la producción. También es la forma de evitar que se derramen materiales tóxicos o peligrosos relacionados con su mal funcionamiento y de proteger consecuentemente la salud de los colaboradores.

Una de las grandes fortalezas de la tecnología aplicada a la sostenibilidad es que no solo se aplican mejoras al interior de la organización. Además se puede generar un ecosistema colaborativo con toda la cadena de valor.

Las redes empresariales inteligentes, por caso, favorecen la economía circular y la reutilización de materias primas, al tiempo que entregan transparencia y trazabilidad de punta a punta al proceso productivo. Se asegura que en ningún paso se produzcan hechos de explotación a los trabajadores o de trabajo infantil, por citar apenas dos ejemplos.

La gestión sostenible

Para sostener estas estrategias, las herramientas de gestión de la sostenibilidad, cada vez más numerosas, se enfocan en que la empresa establezca objetivos, los mida, detecte avances y desvíos y tome decisiones en consecuencia.

La consultora IDC en su última edición de FutureScape (el informe que predice las tendencias tecnológicas para este año), estima que para 2025 el 40% de las 5.000 principales empresas de Latinoamérica habrán establecido equipos de sostenibilidad digital, encargados de evaluar, certificar y coordinar el uso de los datos de sostenibilidad empresarial y de TI.

La tecnología y la innovación ya no solo sirven para tener un presente más productivo, flexible y resiliente. También son piezas clave para definir un futuro mejor para todos.

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