Las cámaras de video son hoy un elemento omnipresente: las vemos en los accesos a las empresas, en las calles (tanto para vigilancia urbana como para control de tránsito), en hoteles, en bancos, en aeropuertos, en las entradas a las escuelas y en tantos otros sitios. La cantidad de datos que capturan en conjunto todas esas cámaras es incalculable: un volumen verdaderamente gigantesco. La analítica de video, una tecnología impulsada por inteligencia artificial, propone convertir esas filmaciones en valor para el negocio. En Practia, en particular, impulsamos nuestra solución crowd.lytics en este segmento.
Los casos de uso son numerosos. El más transitado hasta el momento es el del cálculo de aforo de personas en un lugar específico. La analítica de video detecta en tiempo real cuando el número está por encima de lo permitido y lanza alertas a los responsables para que tomen medidas.
Una cuestión de seguridad
Esta capacidad de detectar e informar anomalías de inmediato hace que la analítica de video resulte una aliada clave para mejorar la seguridad de las organizaciones. Puede controlar desde que no haya un cliente usando su teléfono móvil dentro de una sucursal bancaria hasta que nadie abandone ningún paquete donde no corresponde.
También tiene la habilidad de identificar si las personas que circulan por un ámbito están autorizadas para hacerlo o verificar que todos los operarios que trabajen en espacios potencialmente peligrosos (manejo de maquinaria pesada, líneas de producción, instalaciones mineras o petroleras) cumplan con los requisitos de seguridad y vistan la indumentaria reglamentaria, incluyendo cascos, chalecos o cinturones de seguridad.
En un plano más avanzado, se puede entrenar a esta tecnología para que detecte determinados gestos, como un pedido de ayuda, o para que haga un seguimiento pormenorizado de una vehículo o de un artículo de mercadería que se desplace por un lugar.
La próxima frontera: la rentabilidad
En los próximos años, se espera que crezcan los casos de uso vinculados al crecimiento del negocio o al aumento de la rentabilidad.
Con una buena calidad de imagen, por ejemplo, la analítica de video podría ser capaz de detectar las emociones de las personas, lo que podría ser un insight clave para que una empresa pueda entender qué nivel de servicio está dando o qué tan abierto está un cliente para recibir una propuesta en un momento específico.
Como ocurre con toda nueva tecnología quedan aspectos por resolver: desde cómo lidiar con los potenciales errores de percepción de la herramienta (incluyendo sesgos que puedan transmitirse durante el entrenamiento) hasta cuestiones éticas y privacidad de datos.
Aún con esas barreras, estamos ante una tecnología que no solo ofrece una innumerable cantidad de oportunidades hoy mismo, sino que además, y como no podía ser de otra manera, se ve muy bien de cara al futuro.
Si te interesa profundizar en este tema, incluyendo descripciones de cómo se entrenan los modelos de inteligencia artificial para analítica de video o qué beneficios de negocios ofrece esta tecnología, te invitamos a escuchar nuestro último podcast.
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