“La innovación en salud ya arrancó. No es el futuro”
«Con el estetoscopio no alcanza». Así lo asegura Carlos Peralta, director científico y digital de Novartis para Argentina y Uruguay. Médico de profesión y con una larga trayectoria en la industria farmacéutica, sabe de lo que habla. La apuesta en I+D de la multinacional para la que trabaja es una síntesis de ese convencimiento.
En épocas donde marcas icónicas han desaparecido, que una empresa con orígenes en el siglo XIX busque transformar la práctica de la medicina aliándose con la tecnología es una demostración de absoluta juventud. Novartis, que en latín significa “nuevas habilidades”, navega las aguas de las disrupciones y, mediante alianzas e investigación, atraviesa nuevas rutas en el cuidado de la salud.
La tecnología al servicio de los pacientes
Cree en la colaboración de todos los actores del sistema para poder poner la tecnología al servicio de los pacientes y aboga por una salud más transparente, donde el paciente sea el centro. El marplatense Carlos Peralta (46) es el director científico y digital de esta multinacional nacida oficialmente en 1996, luego de la fusión de las suizas Ciba-Geigy y Sandoz. Es un ejecutivo de la industria, pero levanta, apasionado, su título de médico. Egresado de la Universidad del Salvador, cursó dos posgrados en Buenos Aires (Residencia en Medicina Interna y Dermatología) y una maestría en España (Administración de Empresas, IE Business School, donde hoy es profesor de Economía de la Salud). Con ese currículum, más su paso por departamentos médicos, de I+D y comerciales en la industria farmacéutica, les advierte a sus pares que “con el estetoscopio ya no alcanza”.
“Soy uno más de ellos –dice, aludiendo a sus colegas–, pero a veces me veo muy moderno o los veo muy antiguos. Creo fervientemente en los lineamientos de Hipócrates de anamnesis, pero hoy con un estetoscopio no alcanza. Es el inicio, pero necesitás otras herramientas. Ya no corre la actitud paternalista del médico como último decisor. Todo cambió mucho. Cuando yo leo los compendios de microbiología de mi abuelo, médico marplatense, veo unas pocas páginas sobre virus. Él tenía todo el conocimiento que existía en ese libro, y con dos o tres viajes a Buenos Aires, estaba actualizado. Hoy, al que se quiere actualizar no le alcanzan las horas del día. Y eso solo si hablamos de una especialidad. Yo, como dermatólogo, por ejemplo, debería estar leyendo las 24 horas. El médico ya no puede ser el que lo sabe todo y decide por su paciente, sino quien lo guía en su decisión, ayudándolo a navegar esta selva que es el ecosistema de la salud. La inteligencia artificial, que hoy llamamos inteligencia aumentada, puede estar al servicio del médico y es un gran apoyo para la práctica médica”.
-¿Esa innovación en la salud, que es tecnológica, la intuyen los pacientes cuando sacan una píldora de un blíster?
-Probablemente no. Aún conviven dos mundos: la medicina tradicional de las instituciones, del médico que sabe todo, que captura, cuida y analiza los datos; y, en paralelo, los pacientes cargando datos, ocupándose de su salud, casi sin intervención de ningún médico, plataformas de crowdsourcing y de social media donde se comparte información. La medicina personalizada, donde uno diagnostica un gen específico para esa patología y gradúa la medicación para ese paciente en particular, ya existe. Ya no rigen los cánones de la medicina poblacional, donde uno recetaba 600 miligramos de ibuprofeno para todo el mundo.
-¿Qué están haciendo en materia de medicina personalizada?
-Novartis es de los laboratorios que más trabaja en ese campo, específicamente en terapias de avance con tecnologías como CAR-T.
-¿De qué se trata?
-Por hacerlo sencillo: te sacan tus células de defensa y por ingeniería genética las reentrenan para atacar un tumor particular y te las inyectan entrenadas para que maten al cáncer que te hace mal. También estamos en nuevas terapias génicas, o sea, modificaciones génicas que permiten que una enfermedad incurable se cure. La innovación ya arrancó. No es el futuro. Está disponible y se está lanzando en diferentes partes del mundo.
Innovación, medicina y gobierno
La apuesta de Novartis por I+D supone la existencia previa de vasos comunicantes con la comunidad médica y el Gobierno. Peralta asegura que, en ese sentido, el contacto con el Estado en materia de aprobaciones de drogas, permisos y licencias es continuo. “Creemos en la sustentabilidad del sistema y debemos ayudar a que este lo sea. No podemos tener la inocencia de traer una innovación que el sistema de salud no pueda afrontar. Debemos ayudarlos a ser solventes, para que, a través de la tecnología, se liberen fondos para ponerlos en la innovación”. Con ese propósito, el laboratorio para el que trabaja cuenta con un departamento que se dedica a la mentada sustentabilidad y a que las tecnologías lleguen a todos los pacientes.
-¿Cómo logran que la tecnología se derrame en la sociedad?
-De diversas maneras. Firmamos un acuerdo con el ex Ministerio de Salud (hoy parte de Desarrollo Social) para invertir en investigación en el campo de lo digital y, por otro lado, en la enfermedad de Chagas, un mal endémico del norte de la Argentina. Contamos con varios proyectos, no solo para los que ya tienen la enfermedad hace tiempo, sino también para las diferentes fases. Además, llevamos científicos a nuestro centro de investigación para que se capaciten en aquella tecnología que les resulta inaccesible en el país.
-¿Qué involucra el acuerdo de colaboración con el Centro de Innovación Tecnológica Empresarial y Social (CITES)?
-Trabajamos y colaboramos en la generación de start-ups de base científico-tecnológicas y digital con impacto social positivo y en el contacto con vehículos de inversión de capital emprendedor, la formación de recursos humanos y la transferencia de los resultados de esas investigaciones y desarrollos al medio socioproductivo.
NOVARTIS, QUO VADIS?
¿Hacia dónde se dirige Novartis en materia de innovación? Ese fue otro de los temas conversados con Peralta. Según sus palabras, la estrategia global de la multinacional es “reimaginar la práctica de la medicina, apoyada con datos y con lo digital. Toda la compañía está embebida en esa idea –asegura–. A principios de año definimos las iniciativas estratégicas que cruzan a toda la organización”. A su vez, el directivo advierte: “Para innovar es preciso estar cerca del mundo emprendedor, que nos aporta esta manera más ligera de tirarse a los proyectos en modelos más pequeños, en dosis chicas. Nosotros, en tanto, con nuestros partners tecnológicos, aportamos las espaldas para soportar el mundo real”.
-¿A qué áreas aplicarán recursos en los próximos años?
-Contamos con tres grandes divisiones: Oncología, que es el core ; Farma, que se divide en cinco unidades de negocio, según los aparatos del cuerpo humano; y la gran área de Inmunología y Dermatología. No hay un solo producto estrella para todo el laboratorio, sino que existen productos estelares en cada unidad de negocio. Tenemos, además, miniempresas dentro del gran paraguas, y cada una va a su ritmo y termina generando su propio sistema… Ahora intentamos la coordinación y que todos esos sistemas separados empiecen a cruzarse y armemos una iniciativa estratégica con una sola plataforma tecnológica.
-¿Desarrollaron soluciones con realidad virtual?
-Tenemos dos proyectos. Con Drug Discovery logramos que los científicos puedan jugar con la molécula, agarrarla y girarla, cosas insospechadas para un laboratorio. También nos valemos de RV para la rehabilitación de pacientes con lesiones neurológicas. Es en un proyecto llamado Reavitelem (Realidad Virtual y Telerrehabilitación en Esclerosis Múltiple) que utiliza la gamificación. También se ha desarrollado en conjunto con PRACTIA una experiencia en realidad virtual de cómo funciona Kisqali, el medicamento que ataca el crecimiento del cáncer de mama. Es una excelente herramienta de comunicación.
Colaboración entre colosos y emprendedores
En este camino de innovación tecnológica, y en el contacto con entrepreneurs , se formaliza el acercamiento entre grandes empresas como Novartis y pequeñas start-ups . Para ese fin, Peralta cuenta que la compañía realiza los Summit “Innovation Week”, algo que resume como “muy creativo y energizante”. “Las ideas ganadoras van al JP Morgan Festival de San Francisco –detalla– y pasan a otro nivel, donde, obviamente, acceden a poderosos capitales de riesgo”. Novartis ya realizó dos eventos de este tipo, en 2017 y 2018. Se trata de encuentros dirigidos a las comunidades médica y emprendedora, y tienen su eje en la revolución digital dentro del ámbito de la salud.
El laboratorio los organiza junto a la Universidad Austral (Argentina). Endeavour, por su parte, se ocupa de la organización y la preselección, otorgándole transparencia a todo el circuito. “La idea no es solo que quien gane se lleve un premio, sino que todos los que participen se vuelvan con algo: feedback , redirección, un consejo de alguien que te diga ‘Estás muy verde’ o ‘Yo haría esto’. A veces somos realmente duros, pero eso ayuda”.
-¿Qué proyectos surgieron del último Summit?
-Se presentaron 12 start-ups y se seleccionaron tres emprendedores finalistas: “Un ensayo para mí”, “ViewMind” y “1DOC3”, que proponen prometedoras soluciones tecnológicas en el ámbito de la salud.
-¿Cómo es cada proyecto?
-“Un ensayo para mí” es el primer buscador argentino de ensayos clínicos en lenguaje comprensible y amigable para pacientes. “ViewMind” se apoya en la tecnología de “eye tracker” desarrollando algoritmos diseñados para evaluar capacidades cognitivas de forma objetiva y precisa, es decir, a través del registro de los movimientos oculares, que pueden diagnosticar de manera temprana enfermedades como el alzhéimer, el párkinson, la demencia y la depresión, entre otras. “1DOC3” es una plataforma que permite a los usuarios formular preguntas relacionadas al campo de la salud anónimamente, por las cuales reciben orientación médica certificada.
-A propósito de grandes ideas, ¿qué lanzamientos tienen en carpeta?
-Estamos lanzando un medicamento biológico contra la migraña, que será revolucionario y modificará la historia de esa problemática. También hay varios avances en esclerosis múltiple que estarán en 2019.
Rara Avis
Que Carlos Peralta sienta orgullo por ser médico y esté feliz de integrar una empresa multinacional no es algo que suceda a menudo. En este caso surge de una combinación azarosa que se dio en su familia y que seguramente influyó en su carrera. Tiene dos abuelos que fueron muy importantes en su vida. Uno, médico, al igual que su padre, y otro que fue un enorme visionario y un exitoso emprendedor. Este último, inmigrante, llegó a la Argentina con 14 años y eligió la ciudad costera de Mar del Plata como lugar para hacer realidad su sueño. Allí, junto a familiares y amigos fundaron lo que se constituyó en un ícono de “La Feliz”, luego de los lobos marinos y el casino: Tienda Los Gallegos. “Hoy lo pienso y todo se me resignifica. A ellos se les ocurrió la bolsita con color identificatorio para que todos reconocieran la marca. Hacían cosas innovadoras en su época, por ejemplo, llenaron de carteles la Ruta 2 con la leyenda «Viaje a Mar del Plata sin valijas. Tienda Los Gallegos tiene de todo». Y los turistas les creyeron”.
A LA VANGUARDIA
El departamento que comanda Peralta está dentro de los top ten de Novartis en el mundo. Lo integran 130 personas, divididas entre el área Médico-Científica (60 personas) y la de Operaciones Científicas (otras 70). «Ser considerado por la casa matriz como un centro de investigación tiene que ver con la calidad de los datos que generamos, que son muy buenos, y con el tipo de investigadores que tenemos”. La Argentina cuenta con un pool científico y tecnológico en salud que, define el directivo, «aún se diferencia del resto de la región, y está a nivel internacional”.
“Con este Gobierno mejoraron mucho los tiempos de aprobación de los productos, y eso facilita mucho las cosas. Somos muy ágiles, y nuestro equipo de operaciones tiene mucho expertise. Somos muy competitivos con el resto del mundo, a la altura de los Estados Unidos, Canadá o Alemania”, concluye orgulloso.
Carlos Peralta
Tiene 46 años, es Marplatense, médico y profesor de Medicina.
Cursó dos posgrados médicos (Residencia en Medicina Interna y Dermatología) y una maestría en el IE Business School (España), donde hoy es profesor de Economía de la Salud. Luego de 15 años en atención de la salud pública y privada, llegó a la industria farmacéutica, donde ha transitado por departamentos médicos, de I+D y comerciales.
Gadget preferido: “El smartphone”. Redes sociales: “Tengo todas, pero soy más activo cuando doy clases blended por streaming con Madrid, para estar más cerca de mis alumnos”.
Un libro: “Pensar rápido, pensar despacio, de Daniel Kahneman (Tel Aviv, 1934). Es un libro genial que habla de economía desde la perspectiva de la psicología”.
Cómo hace rendir el día: “Dirijo un equipo espectacular en el que cada uno sabe lo que tiene que hacer. Mi única participación es asombrarme de lo que ellos logran”. Conexión y productividad: “A veces tengo una idea que me rebota todo el tiempo y no le encuentro la vuelta. Y en ocasiones cuando voy a nadar y me olvido un poco, ahí es cuando me cae la respuesta”.
Actividad física: “Juego al fútbol una vez por semana y nado o corro cada vez que puedo”.
Un lugar del mundo: “Cualquier playa donde pueda tirarme en la arena junto a mi familia y cerrar los ojos”.
Persona viva que más admira: “A mi abuelo, un inmigrante, superemprendedor”.