Eficiencia, productividad, baja de costos relacionados con procesos defectuosos u obsoletos, mejor experiencia general de empleados y consumidores…

Los beneficios teóricos de la automatización se presentan con mayor o menor éxito en las iniciativas que se llevan a cabo. Pero son, en realidad, apenas la punta del iceberg si se los compara con el potencial que esta tecnología puede aportar a una organización.

Además de eliminar procesos manuales o digitalizar aquellos que son repetitivos o de bajo valor agregado, la automatización a escala puede convertirse en una aliada estratégica. Combinada con tecnologías inteligentes puede ser clave para impulsar la innovación, apuntalar el crecimiento o producir una verdadera resiliencia empresarial.

La narrativa predominante en el mundo de la automatización parte de la base de que es posible hacer las mismas tareas que se venían haciendo mejor, más rápido o de manera más económica. Para definirlo en una sola palabra: eficiencia.

El salto cultural

Sin embargo, para preparar a las empresas de cara a un futuro cada vez más cambiante y vertiginoso, habrá que dar un salto cultural para entender la automatización de aquí en adelante.

En su versión más madura, la automatización es un motor para la innovación. Una variable que, como quedó demostrado en los últimos tiempos, es más importante para la supervivencia y el crecimiento de una empresa que la eficiencia.

Por qué limitar los resultados a la eficiencia si la automatización a escala nos da la oportunidad de revisar los procesos desde sus cimientos. Nos permite también romper todos los silos existentes y combinar los datos de una nueva manera para explorar oportunidades de negocios.

Para avanzar sobre esta nueva mirada es importante un cambio de mentalidad, de mindset. Sorprendentemente, el obstáculo más grande que encuentra la automatización a escala es la barrera que las mismas empresas le ponen al acotarlo a proyectos de búsqueda de eficiencia.

Los primeros pasos

El foco está puesto en el largo plazo. La parte robótica se ocupa de solucionar con mayor eficiencia las tareas donde los humanos no lo son o de incrementar los niveles de autonomía.

Si se complementa con análisis basado en inteligencia artificial, machine learning, análisis de comportamiento y, fundamentalmente, una gobernanza sólida (para esto es esencial haber atravesado un proceso de gestión de cambio), los resultados superarán las expectativas.

Del mismo modo, es clave establecer un plan de arquitectura empresarial para romper silos existentes, estandarizar tecnologías y modularizarse, buscando construir un verdadero ecosistema digital, donde cada nueva iniciativa de automatización juegue un rol clave. Dejando atrás el procesamiento de facturas a mayor velocidad, para pasar a generar más y mejores negocios innovadores.

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