El shock dejó paso a la normalidad. Ese vértigo con el que las empresas necesitaron convertir a sus colaboradores en teletrabajadores se fue consolidando en un modelo laboral que aún busca su optimización. Como en otros ámbitos, la agilidad juega un rol fundamental para generar eficiencias, productividad, buena comunicación y liderazgos sanos en este nuevo entorno de teletrabajo.

Es que, si se lo analiza detenidamente, el teletrabajo, bien implementado y ejecutado, está en perfecta armonía con los principios de la filosofía Lean, ese sistema de organización ágil que busca eliminar todas las actividades que no agregan valor a un proceso.

En efecto, los teletrabajadores no sufren desplazamientos innecesarios ni se estresan porque quedaron atrapados en el medio del tránsito. Tampoco se encuentran en su oficina sin nada para realizar luego de haber completado sus objetivos. Todo el foco queda puesto en un punto: hacer bien su trabajo.

Centrado en objetivos

Por otra parte, el modelo de trabajo se centra en los objetivos. Esto representa un cambio notable para muchas organizaciones (que solían trabajar «por horario”) y estimula la creación de un nuevo vínculo de confianza entre el trabajador y la empresa. Ya no se espera que esté disponible sentado en una silla, sino resultados específicos en una determinada ventana de tiempo.

Además, la flexibilidad gana terreno. Si los integrantes del equipo cuentan con las herramientas adecuadas, el trabajo puede hacerse en cualquier momento, desde cualquier lugar.

Desde el punto de vista del colaborador, se requieren también nuevas competencias para alcanzar el éxito. Honestidad y compromiso (el “ojo del jefe” ya no lo mira todo el tiempo) o método y ritmo de trabajo (los disuasivos están cerca y fácilmente accesibles). También es fundamental encontrar un balance entre la actividad profesional y la vida personal.

Liderazgos también ágiles

Para sostener y fomentar esta agilidad en el trabajo con equipos remotos, gana relevancia la figura del líder. Como los equipos no están ubicados en un mismo lugar, la comunicación eficaz, la mencionada confianza y la empatía se convierten en elementos fundamentales para la concreción de los objetivos del negocio.

Un buen líder siempre se caracterizó por alentar el crecimiento y el desarrollo de sus colaboradores, crear relaciones cercanas, hacer que cada uno dé lo mejor de sí mismo y alinear los propósitos personales de sus colaboradores con el propósito organizacional. En épocas de teletrabajo, esos desafíos se multiplican.

Los líderes hoy necesitan combinar habilidades blandas (todo lo relacionado con el manejo de las relaciones interpersonales) con las duras (la experiencia propia de su campo de conocimiento) para llevar adelante el equipo de manera metódica y disciplinada para alcanzar los objetivos planteados con la máxima eficiencia posible.

En conclusión, el teletrabajo es una nueva ventana de oportunidad para aquellas empresas que estén apostando por la agilidad. ¿Qué conceptos ágiles está volcando tu organización sobre sus equipos remotos? Contáctate con nosotros para mayor información haciendo CLICK AQUÍ