El 2022 representa un antes y un después en relación a la inteligencia artificial (IA). En efecto, el año pasado fue un punto de inflexión para esta tecnología. Gracias a una serie de aplicaciones, el público en general y las empresas en particular tomaron finalmente consciencia de lo que esta tecnología es capaz de hacer.

En concreto, las herramientas de generación de imágenes Dall-E y la de creación de textos GTP-3 (que tuvo luego una versión mucho más popular con ChatGTP) llevaron el poder de la IA a millones de personas en todo el mundo. En ambos casos, las IA entienden indicaciones realizadas en lenguaje natural y crean desde cero sus resultados.

Todo parece indicar que la IA generativa (tal es el nombre que recibe la variedad de IA capaz de “inventar” cosas que no existían antes, como los dos ejemplos mencionados) seguirá sorprendiéndonos. Por estos días, emerge en ese sentido Eleven, con su capacidad de clonar voces humanas.

Una cuestión de popularidad

Las aplicaciones de IA generativa gozan de una popularidad sin precedentes: en pocos días, millones de usuarios se lanzan a probarlas, intentar “engañarlas”, hacerlas fallar o, simplemente, utilizarlas para crear imágenes o textos out of the box o para llenar las redes con falsas declaraciones “clonadas” de celebridades.

Pero no todo es diversión o experimentación. Uno de los lanzamientos clave en este sentido fue el de GitHub Copilot, capaz de entender indicaciones en lenguaje natural y convertirlas en código de programación.

Esto significa que tiene el potencial de multiplicar exponencialmente la productividad de los desarrolladores, por un lado, y de democratizar al extremo la creación de software, por el otro. A esto se suman nuevas propuestas, como DocGTP, capaz de generar la documentación de un proyecto, lo que podría implicar horas de ahorro para las organizaciones.

De la creación a la adaptación

No solo la IA generativa estará en el estrellato durante 2023: la consultora de mercado Gartner destaca a la IA adaptativa como una de las diez tecnologías clave para este año. Esta variante se adapta a los cambios en el entorno y es capaz de revisar y modificar su propio código si detecta elementos en el mundo real que no habían sido contemplados en su programación.

Desde el punto de vista de las organizaciones, el esfuerzo debe estar puesto en entender de qué manera estos avances pueden ser útiles en un contexto corporativo. En este punto, el rol del socio tecnológico puede resultar fundamental, ya que tiene la habilidad de “traducir” la innovación en valor para las empresas.

La inteligencia artificial aplicada es sorprendente, es cierto. Pero, una vez pasado el momento “guau”, es necesario analizar a fondo el potencial de estas innovaciones y ponerlas a trabajar al servicio del negocio.

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