Retail en el futuro
Si una palabra define el 2020 del retail es “aceleración”. Desde la migración forzosa hacia la digitalización impuesta por los confinamientos hasta el comercio electrónico. Pasando por la explosión del delivery de última milla. Muchas tendencias que venían progresando a diferentes ritmos comenzaron a avanzar a toda velocidad.
“Los límites entre el canal físico y el online ya venían difusos. Pero el primer gran desafío fue que las pymes o las categorías que no habían desarrollado sus canales virtuales se adaptaran tan rápidamente”. Indica Mariela Mociulsky, CEO de la consultora de tendencias Trendsity. “¿Serán los marketplaces la nueva vidriera o las diferentes marcas intentarán crear un e-commerce propio lo suficientemente bueno? Esta es la nueva disyuntiva en el retail”, agrega.
Los números resultan asombrosos. Osvaldo del Río, director de Scentia , estima que el e-commerce viene con crecimientos interanuales de más del 200%. “Sin embargo, es un tipo de modalidad que en supermercados, a pesar del alza, sigue pesando poco. Pasó de un 1,2% de participación del total facturado por este tipo de negocios en la prepandemia al 3% de hoy”.
“El crecimiento exponencial del comercio electrónico puso en evidencia los problemas de muchos retailers en Argentina para entregar en tiempo y forma. En especial al principio, hubo todo tipo de conflictos que dañaban la experiencia del consumidor, como carritos que no funcionaban, falta de stock o tiempos de entrega sin habilitar”, evoca Ernesto Kiszkurno, socio de Practia.
El segundo campo de batalla será la tienda física versus el universo online. “Las tiendas de retail deberán aportar algo más que una transacción comercial: un aprendizaje, diversión o cualquier otro elemento que haga de la visita una experiencia superadora”, destaca Mociulsky.
Kiszkurno también visualiza que “en muchos casos, el ir a pasear a la tienda se va a reemplazar por una compra en línea con una búsqueda física en el local”.
Cuestiones numéricas
El primer impacto que recibió el retail por parte de la pandemia fue positivo, en especial para los rubros esenciales, como alimentos o higiene: “en algunos rubros, las ventas de marzo estuvieron al nivel de las fiestas de fin de año en términos de volumen”, señala Mociulsky. Primero fue el temor al desabastecimiento.
“No se sabía si la cadena logística estaba preparada para la escasez, había pocos comercios abiertos, la gente temía salir a la calle… Los hábitos cambiaron de manera brusca y el consumidor compraba lo que conseguía”, relata Mociulsky.
Del Río coincide: “los últimos diez días de marzo se experimentó una explosión de consumo en alimentos, bebidas, cosmética y limpieza que dejó el mes en un histórico 17% de incremento”. A pesar del fuerte stockeo, abril también siguió en alza, con un 4%, y a partir de mayo “se retomó la tendencia negativa que se veía desde antes del COVID-19”. Apunta del Río, quien prevé que hacia el final del año los números para el retail serán peores que en 2019. “El poder adquisitivo se deterioró, en promedio, un 15%”, explica.
Al miedo por la pandemia se sumó la incertidumbre por el panorama económico -suba de precios, pérdida de empleos- por lo que el consumo de los primeros meses en los retails se concentró específicamente en los artículos básicos. “Pasó bastante tiempo hasta que apareciera espacio para la gratificación, que se dio en los niveles más altos.
Mejorar la comodidad del hogar con accesorios tecnológicos o de confort para trabajar, estudiar o entretenerse en casa, incluyendo hasta elementos de gimnasios”, declara Mociulsky, quien distingue de lo ocurrido en los segmentos menos favorecidos, “que continuaron pendientes de ver si podían mantener el consumo básico de la familia”.
Tendencias inmediatas
¿Qué grandes tendencias se vislumbran para el futuro próximo del comercio electrónico y el retail?. “Se habla de fronteras más porosas y flexibles entre las categorías. Todos los elementos que ofrezcan ventajas relevantes al shopper o al consumidor podrán ser adaptados a artículos de otros rubros”, afirma Mociulsky.
Otra tendencia que se espera en el mundo del retail es que el consumidor elija proveedores responsables. Que utilicen packaging reciclable o compostable, que presten más atención a la trazabilidad en toda la cadena de valor. Que produzcan acciones para la comunidad.
“También crece la preferencia por los locales de cercanía, en el marco de las ciudades de quince minutos, en las que se pueda llegar a pie, en bicicleta o con monopatín a cualquier punto”, Describe Mociulsky. “Existe, incluso, una posición filosófica de defender los negocios de cercanía”, enfatiza Kiszkurno.
La innovación es un aliado clave para aquellos que quieran sobresalir en este nuevo escenario. “Muchos retails continúan en modalidad supervivencia, pero hay que comprender que los ganadores de esta nueva etapa no son los que eligen por la vertiente try harder. Sino aquellos que promuevan maneras distintas de hacer las cosas, los que innovan en los modelos de negocios, los que revisan sus procesos para hacerlos más eficientes, más eficaces, más automáticos y más digitales”, indica Kiszkurno. “La incertidumbre hace que haya una necesidad de reconvertirse… y de hacerlo muy ágilmente”, concluye Mociulsky.