Ya discutimos en un artículo anterior  la importancia creciente de la gobernanza y el modelado de datos para obtener verdadero valor agregado de la inteligencia artificial, las herramientas analíticas o las iniciativas de big data y el poder de herramientas como Synapse o Purview, ambas de Microsoft, para acompañar en ese camino.

Uno de los grandes desafíos que enfrentan las empresas en este terreno es que todavía no queda del todo claro qué área de la organización debería liderar un proyecto de gobernanza y modelado, por lo que suelen darse fricciones entre las potenciales candidatas, casi siempre marketing, IT o compliance. La única manera de destrabar el conflicto y lograr resultados es que se involucre de manera directa el management de más alto nivel para dar soporte al proyecto.

Esto tiende a simplificarse. Emerge un nuevo rol que en Latinoamérica aún se visualiza únicamente en empresas muy grandes, pero que por su importancia seguramente tienda a masificarse en los próximos años: el CDO, o chief data officer.

El rol del “gerente de datos”

Se dice de manera continua que los datos son en la actualidad el activo más crítico para una organización. Pero de nada sirve acumularlos o mantenerlos en extensos repositorios: la ventaja competitiva la obtienen aquellas empresas que son capaces de interpretarlos, convertirlos en decisiones accionables, traducirlos en insights valiosos. 

En ese sentido, resulta al menos llamativo que la figura del CDO haya tardado tanto en establecerse, considerando que es quien se ocupará de hacer la efectiva gestión de esos datos.

Este nuevo “gerente de datos” se posiciona como quien lidera los proyectos de gobernanza y modelado: debe tener formación o al menos conocimientos en ciencias de datos y comprender el valor de negocios que ellos podrían entregar al negocio.

Las funciones del día a día

También debe combinar habilidades en gestión organizacional, ser un buen comunicador (uno de los problemas con los silos de datos entre, por ejemplo, IT y marketing, suele ser básicamente de mala comunicación entre las partes), estar al tanto de las últimas innovaciones tecnológicas y alinear en todo momento la estrategia de datos con el propósito y con los objetivos de negocios de la organización.

Entre sus obligaciones se cuenta la de garantizar la ejecución, la calidad y el acceso a los datos vitales, al tiempo que plantea transformaciones en el ecosistema de datos.

Entre sus labores cotidianas, el CDO es responsable por disponer los mecanismos de captación, gestión y filtrado de los datos, así como las herramientas para garantizar su calidad, su seguridad y su confidencialidad y las soluciones para apalancar a partir de ellos la toma de decisiones. Es, a la vez, guardián, administrador y estratega.

Una ironía temporal: el rol del CDO no existía en el pasado inmediato de las empresas, pero es esencial para asegurar su futuro.

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