¿Qué tendencias vemos en el mundo de la Energía? Las mayores presiones regulatorias se combinan con consumidores más responsables y preocupados por el medio ambiente, con una demanda creciente y con una tendencia mundial hacia la reducción de emisiones de dióxido de carbono. Las empresas de la industria de la energía tienen por delante un enorme desafío y una oportunidad sin precedentes.
El desafío: dar el salto, cambiar el esquema tradicional de negocios y avanzar hacia modelos más inteligentes. ¿El objetivo? Que privilegien las energías limpias, los sistemas autogestionados por los usuarios (conocidos como prosuming) y la entrega de soluciones como servicio para optimizar la eficiencia y evitar consumos innecesarios.
Oportunidades renovables
La oportunidad fundamental: aprovechar la posición de privilegio que tienen las empresas del sector para convertirse en aliados de la transición energética para organizaciones, gobiernos e individuos. Además, colaborar desde ese ángulo para que cada uno pueda hacer su aporte en la baja de emisiones y, en última instancia, jugar un rol clave en la colaboración para alcanzar los objetivos de cambio climático.
Pero también es el momento ideal para capturar nuevos negocios, hacer más eficientes los propios costos, incrementar notablemente la reputación y desplegar una estrategia de crecimiento sostenible. Con esto podrán dar el paso pionero en un terreno al que, tarde o temprano, toda la industria deberá hacer el giro. Distintos estudios de mercado detectaron que el 86% de los ejecutivos del sector considera que habrá una disrupción del negocio en el transcurso de esta década.
La hora de la renovación
Además de los modelos de negocios, las tendencias muestran que la industria de energía vive otras transformaciones. Una de ellas es la adopción cada vez más acelerada de energías renovables. Según datos de C2ES, fueron la fuente de energía de más rápido crecimiento en Estados Unidos en 2020 y ya representa el 20% de la generación total en ese país, cifra que aumenta año a año.
Fenómenos similares se visualizan en Europa, mientras que en Latinoamérica, Chile consolida sus avances en la generación de hidrógeno como energía limpia. Por otra parte, la electrificación se acelera y se espera un crecimiento significativo de transporte eléctrico para los próximos años.
El litio también continúa ganando relevancia. Datos de Cochilco (Comisión Chilena del Cobre) dan cuenta de que el consumo que era prácticamente inexistente en 2016 (204 kilo toneladas, kt) rondó los 400 kt en 2021. Se convertirán en nada menos que 1.400 kt para 2030. Asimismo, la Bolsa de Comercio de Rosario estima que las exportaciones de litio podrían cuadruplicarse entre 2020 y 2025.
Generando una nueva cultura
Para asimilar todos estos cambios y aprovechar las nuevas oportunidades, las empresas del sector necesitan profundizar sus estrategias de transformación digital.
Inteligencia artificial para optimizar la relación entre demanda real y consumo. Internet de las Cosas (IoT) para minimizar las paradas de servicio o los desperdicios por mal funcionamiento de los activos. La nube para modernizar las propuestas de servicio. Gemelos digitales para experimentar modelos de negocios sin poner en riesgo las operaciones…
Los caminos son múltiples y diversos. El objetivo es el mismo: avanzar hacia la evolución de una industria clave para proteger el planeta.
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