En un mundo empresarial en constante transformación, la tecnología composable surge como una solución revolucionaria para enfrentar los desafíos de infraestructura que enfrentan las organizaciones.
Según Jason Steiner, director senior de Estrategia Tecnológica en Publicis Sapient, esta tecnología tiene el potencial de transformar radicalmente la forma en que las empresas abordan la modernización tecnológica, impulsando la agilidad, escalabilidad y personalización de los sistemas.
Las empresas que demoran en modernizar sus sistemas tecnológicos suelen quedar rezagadas frente a la competencia. Factores como la integración de sistemas heredados, los costos, la seguridad y la resistencia al cambio son obstáculos que dificultan la adopción de nuevas tecnologías. Sin embargo, la tecnología modular y composable ofrece una vía eficiente para superar estos desafíos.
Steiner afirma que esta arquitectura tiene la capacidad de reducir drásticamente los costos, el tiempo y los recursos a largo plazo, pero solo si los líderes empresariales comprenden su valor.
Un estudio de Gartner revela que para 2023, las organizaciones que adopten un enfoque composable superarán a sus competidores en un 80% en la velocidad de implementación de nuevas funcionalidades. Además, se prevé que para 2025, el gasto en tecnologías en la nube superará al de las infraestructuras tradicionales.
Ante estos pronósticos, la modernización mediante arquitecturas composables no solo es una tendencia, sino una necesidad para mantener la competitividad.
¿Qué es la tecnología composable?
La tecnología composable se refiere a sistemas tecnológicos diseñados bajo una arquitectura modular. A diferencia de las soluciones monolíticas, que suelen ser rígidas y limitadas, la tecnología composable permite una flexibilidad sin precedentes.
Los componentes modulares pueden combinarse y personalizarse según las necesidades específicas de cada empresa, lo que habilita una mayor agilidad y escalabilidad en las operaciones.
Steiner lo compara con la construcción de una casa: mientras que en un enfoque monolítico cada parte del diseño es creada desde cero, en uno modular los componentes preconstruidos pueden ensamblarse rápidamente, y en un sistema composable, los mismos propietarios pueden modificar su hogar de manera independiente. De este modo, la tecnología composable permite que equipos no técnicos configuren y gestionen nuevas soluciones, abriendo oportunidades de negocio que antes eran impensables.
Cinco usos clave de la tecnología composable:
Agilidad y flexibilidad empresarial: Las empresas pueden construir sistemas flexibles y adaptativos que respondan rápidamente a los cambios del mercado.
- Innovación y experimentación: La arquitectura composable fomenta una cultura de innovación, permitiendo que las empresas prueben e implementen nuevas ideas rápidamente.
- Personalización y experiencia del cliente: Las empresas pueden ofrecer experiencias personalizadas basadas en los datos y preferencias de los usuarios.
- Escalabilidad y resiliencia: Las empresas pueden escalar sus infraestructuras y servicios de manera dinámica, adaptándose a la demanda y garantizando la continuidad del negocio.
- Interoperabilidad e integración: La tecnología composable facilita la integración de sistemas dispares mediante el uso de interfaces y protocolos estándar.
Conclusión
La tecnología composable no es solo una tendencia emergente, sino una estrategia clave para la modernización tecnológica. Como lo destaca Jason Steiner, la implementación de esta tecnología ofrece a las empresas la flexibilidad y capacidad de adaptación necesarias para prosperar en un entorno cambiante.
Los beneficios van desde la reducción de costos y tiempos hasta una mayor capacidad de innovación y personalización, lo que asegura un futuro empresarial ágil y competitivo.
*Un Articula Publicis Sapient*