La automatización dejó de ser una novedad: su capacidad para generar eficiencias, reducir costos, eliminar errores manuales y disponibilizar capital humano para tareas de mayor valor agregado hizo que tuviera una alta adopción entre empresas de todo el planeta: la experta en inteligencia de mercado Gitnux estima que será prácticamente universal para el final de 2025.
Según datos de la página web especializada en estudios de mercado Statista, la inversión a nivel global en soluciones de automatización inteligente está creciendo a ritmo de un 16% anual. Gartner, por su parte, estima que el mercado mundial de tecnologías que habilitan la hiperautomatización -es decir, la automatización a escala de toda la organización- cerró un 2022 con un gasto cercano a los US$600.000 millones.
Impulsar este crecimiento parecería, a simple vista, imposible. Sin embargo, aparece en el panorama una tecnología con el potencial de llevar la automatización a un nuevo nivel: la inteligencia artificial (IA) generativa.
La cara visible de la IA generativa
En los últimos meses, la IA generativa alcanzó el rango de “fenómeno”, en especial gracias al auge de ChatGPT, que se convirtió en la primera aplicación en superar los 100 millones de usuarios en apenas dos semanas, superando largamente a TikTok, anterior poseedora del récord.
Tal como ocurre con muchos otros aspectos de la vida y del trabajo, la IA generativa promete una verdadera revolución en el universo de la automatización de procesos. Por lo pronto, comparte una cualidad con RPA: su capacidad para integrarse con los sistemas existentes, lo que da a las organizaciones la flexibilidad de adoptarla sin necesidad de reemplazar infraestructura o realizar fuertes inversiones en actualizar el panorama tecnológico.
Si bien las empresas están aún en una fase exploratoria y queda mucho por investigar y descubrir en relación a los casos de uso concreto en que ChatGPT puede aportar valor, la perspectiva resulta muy auspiciosa.
Multiplicando los beneficios
Supongamos una aplicación típica de RPA, como el procesamiento de facturas. Combinada con IA generativa, tiene la posibilidad de crear una serie de materiales como documentación y gráficos complementarios de presentación de esa información.
Incluso, pueden crear versiones personalizadas, perfectamente direccionados para diferentes usuarios: uno set de contenidos para un ejecutivo de ventas y otro, totalmente diferente en términos de estética y de los datos utilizados para su confección, para los responsables de legales.
Este es apenas un ejemplo: la cantidad de aplicaciones posibles, literalmente, no tiene límites. La RPA y la IA generativa, sumadas, podrían llevar la productividad, la eficiencia, la precisión, la velocidad de respuesta y hasta la creación concreta de soluciones a niveles nunca antes imaginados.
¿Qué casos de uso se te ocurren que puedan combinar el poder de la automatización con el de la IA generativa? Contáctanos haciendo click aquí y conoce más sobre nosotros en nuestras redes LinkedIn y Twitter.