El mercado de la Energía, particularmente el de petróleo y gas, tiende a volverse más inteligente. Según datos de Mordor Intelligence, la inversión en inteligencia artificial (IA) entre las empresas de la industria sumó US$2.034 millones en 2021. No solo eso, sino que crecerá hasta US$3.669 millones para 2027.
No resulta raro que en una encuesta reciente realizada por Practia en Linkedin entre 1.000 referentes de la industria, un 54% haya mostrado interés, precisamente, en conocer más sobre las soluciones de IA aplicadas a este sector.
El mercado está en alta tensión por la transición energética, la incertidumbre -reforzada por las recientes acciones bélicas- y los cambios en los consumidores. Todo esto exige una mayor responsabilidad y el máximo cuidado ambiental.
En este contexto, la transformación digital en general, con la inteligencia artificial como uno de sus componentes de base, es la clave para optimizar las operaciones y generar mayores beneficios.
Cabe aclarar que la IA se complementa, en esta industria, con iniciativas tendientes a automatizar los flujos de trabajo y monitorear activos end-to-end. Además de lanzar nuevos modelos de negocios y reducir riesgos ambientales y humanos.
Previsiones con precisión
La inteligencia artificial en Energía permite por ejemplo calcular, en base al análisis de enormes cantidades de datos, previsiones ajustadas de las reservas disponibles. También potenciales nuevas ubicaciones (identificando las áreas de perforación con mayores probabilidades de éxito) o mecanismos para maximizar la producción de las infraestructuras existentes. En todos los casos, son situaciones que ahorran meses de trabajo y millones de dólares de inversión.
No queda duda de la utilidad de diseñar algoritmos para guiar simulacros en los fondos de masa terrestre y oceánica, disminuyendo los costos y riesgos asociados con estas operaciones críticas.
En otras soluciones puntuales, es ideal para, en conjunto con la automatización, controlar la calidad del gas que se quema en las antorchas para reducir el consumo de vapor y las emisiones que generan efecto invernadero. Recordemos que la antorcha es esencial para la seguridad de una refinería: se utiliza para evitar el vertido de gases inflamables o tóxicos a la atmósfera.
Los activos bajo control
Combinada con internet de las cosas (IoT) y soluciones de análisis predictivo, la inteligencia artificial puede ser clave para disminuir el tiempo de inactividad no planificado. Esto debido a que permite detectar patrones o anomalías en los distintos activos para anticipar fallas o resolver problemas antes de que ocurran. Incluso en locaciones extremadamente remotas.
Esto permite diseñar estrategias de mantenimiento preventivo innovadoras y tiene una enorme repercusión tanto en términos de costos como reputacionales (la producción se ejecuta en tiempo y forma). Favoreciendo también la responsabilidad con el entorno ya que los equipos deficientes suelen consumir más energía o producir mayores riesgos ambientales y humanos.
La IA promueve enormes beneficios para las empresas del sector, una tecnología en la que necesitan profundizar para volverse cada vez más inteligentes.
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