Desde hace décadas, las empresas acumulan una enorme cantidad de datos. Cada transacción que se registra en el sistema tiene muchísima información. Y si se realizan los pasos correctos, podría utilizarse para mejorar o personalizar la experiencia del cliente. Además de poder lanzar nuevos productos, optimizar inventarios y los procesos de distribución y otras infinitas mejoras.
Tecnologías como internet de las cosas, inteligencia artificial y las herramientas analíticas, por citar apenas algunas, funcionan como multiplicadoras exponenciales en la cantidad de datos. A esto se suman aquellos “externos” que están disponibles para consumo de la empresa, como la información de mercado o las reacciones en las redes sociales.
Como respuesta a esta realidad, emerge hoy el concepto de organizaciones data driven. Es decir, aquellas que son capaces de capturar los datos útiles para el negocio, gestionarlos, almacenarlos y ponerlos a disposición de quien los necesite. Extrayendo valor a partir de ellos para producir alguna mejora en el negocio, y por supuesto, sin descuidar la seguridad de estos datos.
Transitando el camino
¿Cómo se llega desde el punto de mera acumulación de datos hasta el de extracción de valor? En principio es necesario un nuevo mindset. La cultura corporativa ya no puede incluir en la toma de decisiones aspectos como la intuición o la experiencia. Todas deben apoyarse en un conocimiento fundado, precisamente, en datos.
Desde el punto de vista tecnológico, es necesario revisar la calidad de los datos, unificarlos en un repositorio en común y desplegar una solución de tipo big data. Permitiendo obtener conocimiento de esas grandes cantidades de información, siempre gestionando las cinco dimensiones que propone este concepto: volumen, variedad, velocidad, veracidad y valor.
Las herramientas analíticas permitirán encontrar formas alternativas a partir de esos datos para generar mejores experiencias para los clientes, lanzar productos y servicios acordes a las necesidades de la demanda o resolver problemas de negocio.
En la misma línea, esos datos pueden ser una fuente de alimentación para que algoritmos de inteligencia artificial y machine learning puedan predecir escenarios o entender el contexto para mejorar el rendimiento del negocio.
En la dirección correcta
¿Existe alguna manera de saber si una empresa está avanzando en la dirección adecuada de acuerdo al paradigma data driven?
Un indicador: que los datos estén disponibles en el momento preciso para la persona adecuada y sean accesibles desde cualquier punto a través de cualquier dispositivo. Otro: que se hayan establecido métricas en base a ellos. Y, por supuesto, que el próximo lanzamiento o la siguiente iniciativa de automatización sean decisiones que se tomen exclusivamente en base a los datos.
La distancia que existe entre “acumular datos” y ser “data driven” es la misma que hay entre sobrevivir en el mundo digital o ser una empresa líder de cara al futuro.
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