Descubra en esta nota cómo las nuevas tecnologías están generando cambios en la sociedad, en el mercado del consumo, del talento y de la creación.

​​​​​​​​​​​​​La irrupción masiva de esta segunda oleada de tecnología digital en nuestras vidas es equiparable a la irrupción de la máquina de vapor en la primera revolución industrial, y provoca un cambio de paradigma. Veamos porqué.

1°) La tecnología está cambiando nuestra forma de consumo: hoy se accede más fácilmente a los bienes y servicios. Los smartphones han dado una escala nunca antes vista a la industria de la computación: ya no solo compramos en Internet, tenemos una app para adquirir cualquier cosa.

2°) En lo demográfico, la tecnología alumbró una nueva “generación laboral”: los millennials. Y las estructuras se modifican para escuchar​los a ellos, porque son quienes entienden al consumidor.

3°) El uso y la evolución de Internet, de las tecnologías móviles y de la nube democratizan oportunidades: hoy se dan las condiciones para la aparición de emprendedores tecnológicos que han cambiado radicalmente ciertas industrias como el transporte (Uber), el alojamiento (Airbnb) o la banca (Fintech).

4°) Por último, en este nuevo ecosistema tecnológico estamos atravesados por los datos, que constituyen la materia prima, más que nunca antes en la historia.

Todos estos cambios (tecnológicos, socioeconómicos y demográficos) crearon el contexto para el surgimiento de esta transformación digital que vive (o desea vivir) cada empresa y que conlleva el uso intensivo de nuevas tecnologías en el corazón mismo del negocio.

HASTA EL CORAZÓN DEL NEGOCIO

Esta transformación pone a prueba la sustentabilidad de los modelos de negocio tradicionales.

1°) La visión estratégica se renueva: más allá de pronosticar dónde quiere estar la empresa de aquí a cinco, diez o veinte años, hoy hay que prepararse para enfrentar lo inesperado. La consideración de los riesgos estratégicos y un estilo de management más centrado en construir sentido en forma conjunta se hace impostergable.

2°) Los procesos laborales se recrean (o se crean de cero) como una nueva forma de interactuar dentro y a través de los límites de la organización, buscando agilidad y burocracia cero. Aparecen modelos colaborativos potenciados por terceros, las oficinas tienen ahora fronteras con líneas punteadas. Las estructuras, más horizontales, permiten equipos más interactivos y multiculturales. En paralelo, hay mayor agilidad, experimentación y una cultura más tolerante al error: no se espera a tener las grandes soluciones, sino que se procede por etapas, con un fuerte sentido colaborativo y de trabajo en equipo.

3°) Los puntos de contacto con los clientes se rediseñan: hablamos de omnichannel, de user experience y de customer journey.

4°) La forma de pensar y diseñar productos y servicios se refresca: pasa de una creación unilateral, o a partir de los resultados de focus group, a modelos de cocreación de productos que son “testeados” conjuntamente con los clientes y en las redes sociales, para luego tomar la temperatura del mercado en tiempo real.

En resumen, y con cambios sociales, laborales y creativos, el propio modelo de negocio se ve impactado de manera fundamental.